Llegaste y sin tenerte aún,
ya pusiste en mis labios un te extraño.
En mi corazón un suspiro
y en mi mente un deseo enorme
de tenerte desnuda entre mis brazos.
Llegaste…
y aunque no te quedaste
tus besos siempre estarán
tatuados en mi alma.
Me he descubierto
a la menor distancia
prudente de tu cuello,
acariciando el aroma de tu piel,
dejando que mis fantasías
por ser el dueño de tus besos
sean más que sólo un sueño.
Mientras tanto tú,
cálida y serena, tranquila,
escondes en lo más profundo
de tu alma los nervios que sientes
cuando me acerco a ti.
He descubierto un nuevo pecado
en el mar de sensaciones
que la presencia de tu aroma
ha dejado como huella en mi alma,
un pecado que te atormenta
por un deseo honesto
al que no puedes liberar.
Por ti, he decidido
abrazar la tentación
que me han dejado tus labios
color de rosas y tu aroma a mujer.
Eres mi sueño,
mi único sueño,
mi gran anhelo.
Con el amanecer en mis hombros
y el recuerdo de tus labios
inmersos en mi piel
hoy te pienso, te sueño y te extraño.
Con la esperanza de un último atardecer
mirando tus ojos antes de dormir,
seguiré mi vida, sin ti…
Te extraño, tanto que me ahogo
con tus recuerdos…
Extraño acariciar con mis labios
cada tramo oculto de tu cuerpo.
Despacio, sin prisa,
respirándote,
saboreando con cada
segundo tus besos…
Así, quiero beberte…
Y hacerte mía, sólo mía,
aunque solo sea por un instante
en nuestro más oculto y sensual secreto…
Mujer que sueñas,
que endulzas la vida
con tus pecados de alegría,
mujer estratega y visionaria,
tierna y sensible,
hermosa y fuerte hasta el final…
Eres tu,
sensual e irresistible
con la mirada profunda
que me abraza y me lleva a un terreno
donde no puedo ganar…
Mujer bonita,
que dices «si» sin arrepentirte
y de vez en cuando un «no» con tranquilidad,
acá estoy, tuyo,
aunque solo sea en un sueño angelical…
Lo que daría por un beso eterno tuyo,
un beso que selle el pacto
de lo que fue,
de lo que pudo ser,
de lo que nunca será…
Quiero ser tu mejor pecado,
tu mayor tentación,
tu deseo más profundo,
el perdón de tus sueños
que hoy fueron realidad.
A tu lado, siento la adrenalina de un juego extremo
en un parque de diversiones llamado «tu cuerpo».
No quiero mucho,
solo pido ser tu amor secreto.
